viernes, 25 de noviembre de 2016

EN UN LUGAR.....

EN UN LUGAR DE CUYO NOMBRE NO QUIERO ACORDARME

En un documento, ahora en cuestión, leo: «Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico» y, a continuación, en otro epígrafe: “«Es obligado cumplir las sentencias y demás resoluciones firmes de los Jueces y Tribunales, así como prestar la colaboración requerida por estos en el curso del proceso y en la ejecución de lo resuelto»

Si mis entenderas no andan más flojas de lo debido, entiendo que no puede admitirse que en un país, estado, nación o lo que leches sea como haya que decirlo, no puede uno andar por ahí desobedeciendo leyes por imperativo categórico de tipo gonadal y encima vanagloriarse de ello, sobre todo, como es el caso, si ese sujeto ha acatado cumplir y hacer cumplir las leyes y cobra, al amparo de ese “escrito”, un dinero que para sí quisieran los demás mortales.

Pueden inventarse las historias que quieran (todos pueden volver atrás en el tiempo y demostrar bobadas o fabricar cuentos), tapar con números lo que deseen, falsear lo que sea necesario, vestir amplias ropas para que no se noten lo robado, formar rebaños numerosos y ruidosos, tener grupos entrenados para acallar cualquier pensamiento en contra del suyo…Puede pasar todo eso y MÁS, pero no es de recibo asumirlo y querer que los demás lo vivan y admitan sin más.

Hay, bajo mi perspectiva, algo más grave aún que todo eso, que al fin y al cabo no es más que teatro guiñol. No se puede confundir diciendo que se hace por y para EL PUEBLO (perdón, nunca lo dicen así, lo llaman “territorio”, como si la geografía fuera un ente pensante) por la DEMOCRACIA. Me duele sobremanera lo último, el que pongan por delante el término DEMOCRACIA, entre otras muchas razones porque quienes han defendido eso a lo largo de la historia TODOS escondían detrás EL PENSAMIENTO ÚNICO, EL TOTALITARISMO, la IMPOSICIÓN DE UNA IDEOLOGÍA SOBRE TODAS LAS DEMÁS.


Nunca se vive con la holgura (creo yo) y la felicidad que uno quisiera, pero se vive mejor bajo la LIBERTAD, pudiendo decir lo que se piensa (pensando lo que se dice, claro) y entendiendo que esa libertad ampara DERECHOS y todo derecho lleva implícito un DEBER.

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