viernes, 4 de noviembre de 2016

LA INTERVENCIÓN EN EL ÁMBITO SOCIAL (VII): La profesionalización de los agentes en el ámbito de la inadaptación social.

LA INTERVENCIÓN EN EL ÁMBITO SOCIAL (VII): La profesionalización de los agentes en el ámbito de la inadaptación social.

Como hemos ido dejando anotado, la dialéctica de las relaciones entre el individuo y la sociedad ha venido provocando cuadros de problemáticas crecientes, cada vez más complejas, diversificadas e interdependientes, necesitadas, por lo mismo, de acciones múltiples, diferenciadas y especializadas, como única vía de satisfacer las necesidades surgidas en dicha dialéctica. 
En el apartado anterior dejamos indicados tanto algunos de los ámbitos de intervención que se erigen en focos de atención, como el entramado institucional que tiene como objetivo atender dichos ámbitos. En este caso, trataremos de analizar, por más que de modo puramente referencial, las figuras profesionales que han adquirido cierto carácter diferenciado y especializado, surgidas como respuesta a diferentes problemáticas, que son las que han dado lugar a los tratamientos diferenciados y especializados que recaen sobre dichos profesionales. El criterio que tomaremos será el de aceptación e implantación en nuestro contexto, toda vez que aún no se poseen definiciones ni acotamientos universales ni asentados. 
Las figuras profesionales que centrarán nuestra atención, de acuerdo a nuestra propia formulación, serán las siguientes: Trabajadores sociales, Educadores sociales, Equipos de atención a la infancia y adolescencia y Profesionales específicos del campo de la inadaptación social. Aparte de ellos, señalaremos posteriormente, también de manera suscinta, los recursos más generalizables a sus actuaciones: centros abiertos y pre-talleres. 

a.- Los trabajadores sociales 
Los trabajadores sociales (normalmente graduados en trabajo social) son profesionales que centran su actuación en la atención primaria, trabajando fundamentalmente en tres ámbitos de población: infancia y juventud, adultos y tercera edad. El objetivo de su trabajo es la normalización social de los sujetos que atienden. 
Sus intervenciones conllevan acciones preventivas, asistenciales, educativas y rehabilitadoras, realizando trabajos de: 
  1. Información: dar a conocer los servicios y recursos existentes, asesorar a la población sobre sus derechos y deberes, etc.
  2. Individual y familiar: detectar situaciones de necesidad y/o de riesgo, actuar sobre las causas para evitar la aparición de problemas, provocar procesos de autodesarrollo de manera que la persona se valga por sí misma, determinar los casos susceptibles de Ayuda Domiciliaria, seguir y evaluar el proceso de intervención, etc. 
  3. Comunitario: proponer sistemas para favorecer la participación social, fomentar el asociacionismo, promocionar el voluntariado, encontrar soluciones colectivas para problemas individuales, etc.
  4. Gestión y organización: aplicar y ejecutar los programas propuestos, sugerir cambios o reformas en los Servicios Sociales para una mejora cualitativa y cuantitativa de la realidad social, etc. 
  5. Promoción e Investigación: estudio y conocimiento de la realidad social, elaboración de programas de actuación, participar en la planificación general de Servicios Sociales, etc.
  6. Coordinación: promover el trabajo en equipo, integrar todas las acciones que se lleven a término a través de los programas, hacer de intermediario entre la institución y el usuario, etc. 
  7. Documentación: realizar informes periódicos y una memoria general del servicio, informar a la administración, etc. 

b.-Los educadores sociales 
Son técnicos del equipo de base de atención primaria, cuya función es la intervención educativa con personas y/o grupos que tienen especiales dificultades en su proceso de socialización para conseguir su integración en la dinámica social de su comunidad. 
Su ámbito de intervención se centra en la infancia (0-12 años), la adolescencia y la juventud (13-24 años), llevando a cabo una acción eminentemente educativa. 
Sus principales instrumentos de trabajo son él mismo (establece una relación educativa con el niño o joven) y la planificación educativa: mediante el proyecto de intervención y a partir de un conocimiento de la situación (evaluación inicial), establece unos objetivos, unas estrategias de intervención y los correspondientes sistemas de evaluación. 
Además de llevar a cabo tareas de información, trabajo comunitario, gestión y organización, ..., el educador se centra más en el aspecto individual, en el tratamiento individualizado. En concreto su actuación suele centrarse en las siguientes funciones: 
  1. detectar, en el ámbito donde actúe, problemáticas familiares que incidan negativamente en el niño o adolescente; 
  2. contacto y coordinación con grupos y/o entidades para la infancia y adolescencia; 
  3. sensibilización y educación ciudadana en relación a la infancia y adolescencia; 
  4. recogida de datos y elaboración de propuestas de futuros recursos para la infancia y adolescencia y planificación global del sector; 
  5. seguimiento de individuos o grupos en riesgo social; 
  6. prevención de las situaciones de marginación juvenil; 
  7. intervención encaminada a movilizar la red de servicios para intentar restablecer la conexión familiar, escuela, barrio, trabajo o intervenciones con Equipos de Atención a la Infancia y Adolescencia, Juzgados o Servicios Especializados. 



c.- Los equipos de atención a la infancia y adolescencia 
Se definen como servicios sociales especializados con los siguientes objetivos: 
  1. apoyo y asesoramiento a los servicios y equipamientos destinados a la infancia y adolescencia con alto riesgo social, en cada territorio concreto; 
  2. canalizar y garantizar la solución de todos los casos que por su complejidad o gravedad no puedan ser atendidos de manera adecuada por los servicios sociales de atención primaria, priorizando aquellos a los que se proponga un acogimiento alternativo a la propia familia o una intervención judicial; 
  3. mantener una información actualizada sobre los recursos sociales de que dispone su sector territorial para atender las problemáticas sociales y psicosociales de los niños y adolescentes; 
  4. garantizar que cada caso disponga de una evaluación y de un programa de intervención, así como supervisar la ejecución de dicho programa; 
  5. revisar, completar y tramitar todos los casos en los que se proponga una intervención protectora- judicial, quedando a disposición del juez y fiscal para esclarecer o ampliar la información que les sea requerida; 
  6. velar por la prevención y detección de las situaciones de riesgo social en cada sector territorial, coordinadamente con los otros servicios e instituciones existentes. 

Son equipos interdisciplinares de profesionales dedicados a la atención de niños y adolescentes que manifiestan síntomas de alto riesgo social, esto es, que se encuentran en situaciones anómalas de tipo personal y familiar y que no enumeramos porque están a la vista de todos. 


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