jueves, 15 de diciembre de 2016

INNOVACIÓN EN LA FORMACIÓN PARA EL TRABAJO (1 de 4)

INNOVACIÓN EN LA FORMACIÓN PARA EL TRABAJO (1 de 4)

1. REFLEXIÓN INICIAL 
No creo que nadie se extrañe si digo que uno de los mayores valores de hoy es la información y que nos encontramos en un mundo que está marcado precisamente por la “Revolución de la Información”. Es posible que no todo el mundo sea consciente de ese hecho, pero el caso es que la información se ha convertido en el arma (permítase la expresión) estratégica mas potente del mundo moderno. 
A la vez, y esta sería otra cuestión importante a tomar en consideración, esa información está al alcance de todos, a través de las TIC o TAC (Tecnologías de la Información y la Comunicación y para el Aprendizaje). Esas TIC están, como decimos, al alcance de todos y lo están para facilitar la forma de trabajar, vivir, aprender o divertirse. 
En el caso del aprendizaje parece claro que la formación hoy debe recurrir al potencial que ofrecen las TIC, con el fin de mejorar los procesos formativos y los procesos y productos de ese aprendizaje. Las TIC, a su vez, pueden ser, del mismo modo que la información, la herramienta estratégica de la formación en tanto permite flexibilizar tiempos y espacios, reducir distancias, mejorar los procesos, amparar más necesidades formativas, reutilizar recursos, disminuir el coste, simplificar la organización, introducir nuevos modos metodológicos, amparar la colaboración y la participación, etc. 

Aparte de eso, las TIC en la formación no anulan ninguna de las adquisiciones y prácticas de la formación tradicional, muy al contrario, las TIC son susceptibles de combinarse con los modos de aquella, de completarla o de sustituirla en aquellos aspectos en que sea preciso, sobre todo en la modalidad que se ha dado en llamar “blanded learning” o formación combinada entre la presencial y la no presencial, lo cual permite aprovechar, a nuestro entender, las ventajas de ambas modalidades de formación 
Ya en 2005 se hablaba del “E-learning o la revolución formativa del siglo XXI” y con ese título José Lozano publicaba un artículo en la revista "Educa-pro", editada por el Grupo i-factoria.com
Y es que es claro que el reto mayor de las empresas, y el trabajo es la formación, de tal modo que tanto la formación permanente como el cambio de planteamientos afecta de un modo radical tanto a los ámbitos formales presenciales como a lo no formales, hasta el punto de que el denominado e-learning (aprendizaje electrónico) está siendo para todos ellos el medio de transformación de sus modos de actuación con el fin de llegar a satisfacer las nuevas necesidades de la sociedad actual. 
Así, el desarrollo de las TIC viene siendo el factor de transformación más radical de nuestra sociedad, en tanto está afectando al modo de comunicarnos, al modo de aprender, al modo de vivir, de construir la cultura o desarrollarla o a los modos de producción, como antes quisimos dejar ya indicado. 
Se trata de una revolución silenciosa, pero profunda, fuerte... con proyección de futuro, que está llamada a ser el instrumento de ayuda para la formación de todos y para hacerlo de un modo diferente a como hemos estado acostumbrados. He ahí la esencia de esa “revolución” que hemos hecho figurar en el título de esta reflexión. 
No estamos ante algo meramente coyuntural o ante una moda, ni siquiera ante una mera traslación de las tecnologías de transmisión de contenidos al mundo del conocimiento. El “aprendizaje” electrónico ha venido para quedarse, para erigirse en el elemento rector tanto de la sociedad de la información como de la esperada sociedad de conocimiento, pues en ambas la electrónica es su elemento rector. 

El problema no es si incluirlas o no en los sistemas sociales, sino en cómo hacerlo para que provoquen los efectos deseados y para evitar sus riesgos (pues de ambas cosas hay en su uso), pues sólo eso va a garantizar el futuro. De ahí los sucesivos programas nacionales y supranacionales y que, en estos momentos, se esté llegando al 50% en el número de acciones formativas que se plantean ya desde los formatos “e-learning”. 
Hay varias características extrínsecas que están favoreciendo este hecho, como su flexibilidad o su precio, que es cada vez más asequible. Eso aparte de su valor intrínseco, en la medida en que cada vez está demostrando un mayor valor para el desarrollo profesional. 
No es extraño, en este sentido, que estén proliferando las ofertas “en línea”, dirigidas tanto al público en general como a las empresas y tanto centradas en aspectos referidos a la gestión empresarial, gestión económica, aspectos específicos o contenidos concretos...., y surgidas tanto de instituciones públicas como privadas... 
Es cierto también que existen detractores de los sistemas “en línea”. No es extraño si se analiza la acción de las actuaciones formativas “en línea” desde el modo en que la formación ha usado el resto de tecnologías. Tampoco lo es si se analizan muchas de las experiencias habidas, pues, en muchos casos, no se ha hecho más que presentar de otro modo los mismos contenidos de siempre (con otro soporte), dando por hecho que sólo la “máquina” (el soporte) iba a proporcionar la consecución de los objetivos de formación, olvidando que 
este medio es tan penetrante que exige de un nuevo formador, un nuevo alumno y una nueva didáctica (lo que supone que exige nuevas metodologías, nuevos modos de presentar los contenidos, nuevas relaciones, etc.) 
En este sentido el Profesor Carretero (“Idoneidad de la modalidad formativa del e-learning en la formación continua”. IV Congreso de Formación para el Trabajo, Zaragoza. Noviembre de 2005) apuntaba que existe un exceso de información sobre el e-learning, debido, fundamentalmente a: 
1. El carácter embaucador de las nuevas tecnologías 
2. La búsqueda permanente de eficiencia 
3. EL miedo a lo desconocido 
4. La mecanización, la distancia, la inmediatez y el “self” 

Para este autor, el gran olvidado es el método didáctico, puesto que el verdadero aprendizaje electrónico debe permitir: 

No sólo gestionar el conocimiento, sino generarlo 
Contribuir al aprendizaje permanente y al aprender a aprender, no sólo del participante, sino de la organización 
Desarrollar casos, situaciones y problemas con creciente complejidad, que permitan descomponer sus elementos y aspectos más relevantes para que el alumno defina las estrategias de actuación que considere más idóneas 
Desarrollar un proceso de toma de decisiones desde planteamientos de profesionalidad, creatividad e innovación 
Analizar y presentar experiencias y situaciones que provoquen nuevos interrogantes, problemas y soluciones 
Analizar situaciones y problemas novedosos, diferentes y complejos, contribuyendo a desarrollar actitudes y valores, así como análisis y críticas. 

Los autores Sancho y Alemany (“La formación online: Engaños, desengaños y oportunidades”. Portularia, 3, 2004: 463-470) se preguntan que es lo que falla en este tipo de enseñanza o de dónde viene el desengaño y responden que: 
No es un modelo de formación revolucionario 
Tampoco es un modelo neutral 
No es fácil de desarrollar 
No es la panacea económica 
Las estrategias de reducción de costes pueden ser contraproducentes

Por su parte, para Car y Amérigo (“E.Learning, una metodología para la solución de los problemas formativos en el sector de la construcción”) el E- Learning tiene (en ese sector que abordan) las siguientes ventajas: 

Soluciona los conflictos relacionados con la alta dispersión geográfica de los profesionales del sector 
Permite el acceso a la formación desde cualquier ordenador conectado a Internet 
Permite al alumno una flexibilidad total de horarios, pudiendo acceder a los contenidos formativos en el momento que estime más oportuno y, además, con comodidad y competitividad ton otras actividades. 
Supone un menor coste por hora formativa respecto a la formación presencial 
Facilita la participación en el proceso formativo 
Posibilita la personalización de la oferta formativa y la adaptación a las necesidades de la empresa, tanto en las materias como en la imagen y el diseño general de cursos y plataforma 
Permite flexibilizar la oferta formativa de acuerdo con las necesidades formativas específicas de los alumnos y realizar un seguimiento y dinamización adaptados a la realidad de cada alumno, 
Hace posible la actualización inmediata de los contenidos 
Facilita una serie de herramientas de comunicación 
Automatiza la gestión de la formación y el seguimiento de las acciones formativas 

Aunque para ello señalan que los contenidos de formación deben reunir, según dichos autores, las siguientes características: 
Facilidad de manejo (Usabilidad) 
Calidad estética y pedagógica 
Cursos adaptables / adaptados 
Calidad del material formativo 
Interactividad y carácter práctico 
Sistema de navegación y estructuración del contenido 
Velocidad de navegación 

En este sentido, diseñar, desarrollar y aplicar programas de formación a distancia o semi-presenciales exige un trabajo previo importante y contar con herramientas de comunicación, de interacción, que permitan trabajar de diferente modo y con nuevas relaciones, nuevos diseños de contenidos y presentados en diferentes soportes, aplicaciones para el trabajo individual y colectivo, herramientas de seguimiento y evaluación, nuevos planteamientos de transmisión de la información, nuevos sistemas de orientación y tutoría, etc. 

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