viernes, 30 de septiembre de 2016

A FAVOR DE LAS TIC O LAS TIC PARA TODOS (II) : LOS MEDIOS EMERGENTES

A FAVOR DE LAS TIC O LAS TIC PARA TODOS (II)

4. LOS MEDIOS EMERGENTES

Las tecnologías emergentes son definidas como “las técnicas modernas para manejar más eficientemente el binomio operaciones – logística y han tenido una evolución en el tiempo en forma directa al avance de las TIC” (Pomeda, 2008). También como “innovaciones científicas que pueden crear una nueva industria o transformar una existente. Incluyen tecnologías discontinuas derivadas de innovaciones radicales, así como tecnologías más evolucionadas formadas a raíz de la convergencia de ramas de investigación antes separadas” (Day y Schoemmaker, 2011).

En el plano en el que nos movemos hacemos referencia a los robots, a la inteligencia artificial, a los libros digitales, a la realidad aumentada, al aprendizaje basado en juegos, la informática móvil y la informática basada en gestos, por ejemplo. Pero también al movimiento que podríamos denominar de liberación de medios, como:

  • El “MIT OpenCourseWare” - que es un paquete de publicaciones gratuitas elaboradas por el Massachusetts Institute of Technology - MIT, para que cualquier persona tenga acceso a dicha información, dependiendo del tema que le interese: http://ocw.mit. edu/courses/
  • introducción a las Ciencias de la Computación, inteligencia artificial, sistemas lineales y optimización, programación de procesadores paralelos masivos, programación de aplicaciones iPhone y seminarios en línea. Se puede acceder a ellos a través de la página: http://see.stanford. edu/see/courses.aspx
  • Harvard también ofrece cursos gratuitos.
  • Un sitio recomendable para escoger temas para estudiar de forma gratuita a través de Internet es http://www.openculture.com/ allí se encuentra una recopilación de aproximadamente 42 cursos que ofrecen las universidades más sobresalientes del mundo.
Todo ello nos induce a pensar que es necesario integrar las TIC en la enseñanza (pero con procedimientos didácticos y no meramente mecánicos) y tender hacia un conocimiento que ha de ser necesariamente global.
Pero ese binomio (educación y tecnología) no puede contemplarse de un modo simple, puesto que genera problemas no siempre fáciles de resolver.
Al respecto el informe Aprender y educar con las tecnologías del s. XXI, (2012) señala problemas como los siguientes:

    1. La desigualdad en la capacidad de transmisión a través de Internet; 
    2. Las grandes diferencias económicas que imposibilitan adquirir nuevas tecnologías; 
    3. La ponderación de la cantidad sobre la calidad en las tecnologías adquiridas. 
    4. La distribución inequitativa de equipos tecnológicos y medianamente tecnológicos; 
    5. El acceso desproporcionado de la población mundial a estos recursos (incluso se hacen evidentes grandes divisiones entre los mismos países y regiones); 
    6. El acceso desigual o nulo de la población al conocimiento (sobre todo en determinadas áreas estratégicas).
    7. La falta de compromiso para capacitar y alfabetizar a la población por parte de los gobiernos (especialmente en las regiones menos desarrolladas); 
    8. La saturación de información que no permite contenidos de calidad; 
    9. Las inapropiadas y desiguales formas emergentes de organización social; 
    10. Las profundas incertidumbres en el ámbito laboral y en la seguridad social (precarios ingresos y nivel de vida de los trabajadores); 
    11. La penosa incompatibilidad entre los sistemas educativos y las exigencias laborales; 
    12. La penetración total de mercados extranjeros.
    13. La falta de acuerdos entre los tres sectores que iban a liderar, supuestamente en sus comienzos, esta revolución tecnológica: las telecomunicaciones, la informática y los audiovisuales. Sin dejar de mencionar la desarticulación peligrosa entre las instituciones educativas, las empresas y el Estado.
Aparte de eso, tenemos claro que la educación, cada vez con más insistencia, ha de estar en manos de TODOS los ciudadanos  y no puede hacerse depender de medios (máquinas o herramientas) ni del amplio mundo de las TIC. La educación, en definitiva, debe adecuarse a la transformación de los avance científicos y a los cambios sociales y culturales.

De este modo,  parece claro que “El fin más importante de la educación es ayudar a los estudiantes a no depender de la educación formal”. (Paul Gray, 206) y que la introducción de las tecnologías de la información y la comunicación en el aula no garantiza por sí sola un mejoramiento en los procesos de enseñanza ni en los de aprendizaje. 
Al igual que en los contextos educativos desprovistos de dichas tecnologías, este logro depende de una renovación en las reflexiones pedagógicas que permita una modificación consciente en la concepción misma del proceso educativo por parte de todos los actores involucrados en él (Vega, 2011).

5. VOLVIENDO AL PUNTO DE PARTIDA

Decir que vivimos o que hemos de construir una “sociedad del conocimiento” es una frase que ha calado en la cultura actual, pero que carece de sentido, porque: ¿ha habido alguna sociedad en algún momento de la historia que no haya sido una sociedad del conocimiento?. Se puede aducir que ninguna lo ha sido en el mismo sentido, y es cierto, pero solamente eso, porque hoy, como siempre o siempre, como hoy, el dominio del conocimiento (de un tipo de conocimiento) ha sido necesario para vivir cada  momento histórico.

Ocurre que ese DOMINIO del conocimiento suele venir acompañado de otras cosas: exclusiones, desigualdades, barreras, luchas sociales, etc., que han servido para separar y distinguir y no para integrar.

El deseo “universalizador” del conocimiento no nace o se impregna en la sociedad hasta el “enciclopedismo” y se expande ligado a las ideas de “igualdad, libertad y fraternidad” y eso a pesar de que el libro impreso ya se había convertido en un instrumento al servicio del conocimiento (aunque quizá fuera al revés, que fue el libro el que propició esas ideas que expresaba). 

Ocurre que hoy tenemos las TIC y la red INTERNET, que parecen abrir nuevas perspectivas, ampliar el espacio público del conocimiento, permitiendo un acceso más igualitario y variado.  O, por decirlo de otro modo, más ajustado a la realidad: las TIC e INTERNET facilitan que eso pueda ser así, pero aún no poseemos los medios para que ese acceso al conocimiento sea igualitario, universal y compartido.

No podemos olvidad que es preciso distinguir entre Sociedades de la Información (sociedades apoyadas en el progreso tecnológico) y Sociedades del Conocimiento (en las cuales los conocimientos son contemplados desde dimensiones sociales, éticas y políticas)

Y es en el paso de una a otra sociedad donde cobran valor las posibilidades que ofrece INTERNET o los instrumentos multimedia. Pero, en contra de lo que pudiera parecer, eso no debe hacernos olvidar el resto de instrumentos que ayudan a expresar o recrear ese conocimiento: prensa, radio, televisión, libro y la escuela misma.


Parece claro que la difusión de las TIC abre grandes posibilidades al desarrollo de los individuos y de las sociedad, pero hay que procurar que esas sociedades garanticen tanto que el conocimiento sea compartido, como la integración  de los individuos, para lo cual hay que lograr que el conocimiento no sea tratado solamente desde la perspectiva de la mera “información”. La información ha de ser un instrumento en la construcción de las sociedades del conocimiento, pero no puede ser el conocimiento mismo.


Esto es especialmente importante en la medida de que muchas de las experiencias educativas con las TIC siguen presentándose como meras consecuencias de la tecnología y dando lugar a prácticas cuyo origen está en aplicaciones fragmentarias y poco fiables. Creo que, en el mundo educativo, a poco que nos descuidemos, las tecnologías se pueden convertir en meros instrumentos para gestionar la información, anulando la capacidad de esas tecnologías para el desarrollo de análisis y selección crítica de conocimientos.

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