lunes, 5 de septiembre de 2016

REFLEXIONES SOBRE EL PAPEL DE LAS TIC EN LA ENSEÑANA Y EL APRENDIZAJE (II)


APUNTES PARA LA ACCIÓN
Estamos ante una revolución que parece ha sido aceptada así en el quehacer de los ámbitos educativos formal y no formal,  puesto que no hay hoy, que sepamos, institución que no se haya ubicado de algún modo en el desarrollo de la enseñanza a través de Internet y que, incluso, muchas de ellas cuenten con “valedores” importantes (empresas, entidades financieras o de otro tipo, etc.)
El mercado laboral, por otra parte, viene exigiendo cada vez con mayor claridad el uso de las TIC y no sólo como herramientas básicas para la comunicación o las propias acciones de la empresa, sino también como medio para la transmisión del conocimiento y, en muchos casos, para la gestión de ese conocimiento. De este modo creemos que es imprescindible conocer las oportunidades o ventajas que ofrecen las TIC tanto en el ejercicio profesional como en su desarrollo.
Sabemos, de todos modos, que, a pesar de las inversiones en equipamientos, las TIC están tardando en  tener un impacto adecuado, tanto en el sistema educativo formal como en el no formal, quizá porque su grado de penetración haya tardado en ser visto como importante o porque su uso no ha sido el adecuado al no aplicarse de acuerdo a las nuevas visiones del aprendizaje. Del mismo modo, no ha acabado de asumirse que el aprendizaje es una actividad individual, aunque mediada socialmente (lo que debe de llevarnos a potenciar las redes sociales y la comunicación) o que Internet permite aprender desde cualquier sitio a cualquier hora.

Todo eso está íntimamente ligado al hecho de que no se han establecido con claridad los retos de la formación ni su papel en la construcción de la sociedad del futuro o a que se ha perdido parte del espíritu crítico necesario para afrontar tanto el aprendizaje y su sentido como la vida.
Debido a todo ello ya hemos dejado apuntado que el problema no está tanto en si usar o no las herramientas, como en establecer la perspectiva y la finalidad con las que se deben usar, pues es cierto que los nuevos recursos a disposición de la formación no dejan de tener un cierto componente especulativo.
Es cierto que, desde esa afirmación, asumimos que las TIC deben incluirse como elementos para la mejora de los ámbitos formativos, para lo que deben cambiar las pautas de formación de los formadores y la forma en que éstos afrontan los procesos de aprendizaje, aparte del resto de componentes del proceso de enseñanza y aprendizaje.
No es menos cierto que la rápida evolución de las TIC y de las demandas sociales que se derivan de su asunción plantean nuevos retos a la sociedad en general y a los centros de formación en particular. Las nuevas visiones del aprendizaje que se derivan de los cambios sociales y tecnológicos aparecen, las más de las veces, asociadas a las TIC. De esta forma, las TIC se presentan como un motor de cambio e innovación de la formación y del sistema educativo. Pero para que ese cambio tenga lugar se necesita que las TIC penetren realmente en el sistema formativo y que pasen de ser consideradas como objeto de estudio reducido al ámbito curricular a ser utilizadas de manera transversal e integral en todas las facetas del proceso educativo.
La situación de partida respecto al impacto que las TIC están teniendo en la escuela y en la formación es pesimista en general, porque, a pesar del tiempo transcurrido desde la aparición de las primeras herramientas TIC, el uso real de estos recursos ni ha llegado a ser masivo, ni parece haber cambiado sustancialmente la forma en que el profesorado entiende los procesos de aprendizaje y, lo que es peor, no parece haber cambiado las pautas de formación del profesorado que hoy se siguen en los centros, caracterizados por una visión bastante tradicional y convencional del proceso (como han puestode manifiesto diversos estudios).
Esos estudios suelen señalar los siguientes problemas en la relación TIC y Formación
Grandes inversiones, pequeños resultados
La convivencia en la práctica de diversos paradigmas:
La confusa (en palabras de Siemens, 2004) presentación de las teorías del aprendizaje, que han provocado que ese aprendizaje haya sido concebido en la practica como:

En cualquier caso es preciso tomar en cuenta los retos que, según nuestro criterio, han de tomarse en consideración, tanto en la formación como en la inclusión de mediadores y recursos en su proceso, pues ello puede alumbrar la toma de decisiones al respecto.
En este sentido y sin más afán que el de dejar elementos para la reflexión, apuntamos:
La escuela (entiéndase en su sentido más amplio) no dejará de ser un elemento importante de la sociedad, pero ha de adaptarse necesariamente a la dinámica a su entorno.
La escuela ha de usar, también necesariamente, cada vez más tecnología como facilitadora de los aprendizajes de los alumnos, lo que debe propiciar su flexibilidad (organizativa, formativa, de relaciones, etc.). Esto no supone que la sociedad vaya a imponer modelos no presenciales para los tramos obligatorios –ni que eso fuera bueno, según nuestro criterio-, pero sí que van a cambiar –han de hacerlo- muchas de las relaciones que hoy se dan en exclusividad en su ámbito.
La relación de los individuos con sus entornos sociales  y culturales, con sus contactos, mundo del trabajo o de los servicios… va a cambiar a un ritmo bastante vertiginoso
La relación de los individuos con la información va a ser exclusivamente electrónica, lo que implicará que los individuos necesitarán un mayor espíritu crítico para buscar, analizar, tratar o juzgar esa información, así como contar con esquemas cognitivos diferentes a los que estamos acostumbrados.
Buena parte de los aprendizajes estarán apoyados en las redes sociales y se darán fuera de los centros formativos.
Los individuos serán a la vez consumidores de información y creadores de ella a través de acciones individuales o comunitarias (comunidades virtuales o redes sociales)
La virtualidad cubrirá un espacio importante de la web y la formación deberá tender a implicarse en su uso, en la medida en que esos escenarios puedes propiciar tácticas relevantes para el aprendizaje.
En ese espacio virtual, la simulación y los juegos cobrarán un papel importante, lo mismo que las nuevas formas de “socializar” el intercambio de información: blogs, wikis, vídeo, podcasts, telefonía móvil con sus posibilidades, etc.
El aula será, a través de las nuevas herramientas, un espacio abierto, flexible, amplio,  inabarcable, difuso, etc.


Se nos dibuja un panorama en el que los profesores y formadores deben dejar de ser unos oradores o instructores para convertirse en asesores y mediadores del proceso de enseñanza y aprendizaje, a la vez se hace preciso que, para que las TIC tengan el impacto que la sociedad requiere, contar con centros con “e-madurez” y con profesorado con “e-conocimiento”, dispuestos a la innovación. A la vez es preciso integrar las TIC en los currículos oficiales y en los procesos de evaluación.

Caminamos hacia la Sociedad de la Información y el Conocimiento (SIC) y esa sociedad requiere desarrollar la capacidad de llevar a cabo aprendizajes de diversa naturaleza a lo largo de nuestras vidas y de adaptarse rápida y eficazmente a situaciones sociales, laborales y económicas cambiantes. O, de otro modo, estamos ante un nuevo panorama educativo que necesita respuestas apropiadas y específicas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario