viernes, 2 de septiembre de 2016

LA EVALUACIÓN INSTITUCIONAL (Una primera aproximación)

LA EVALUACIÓN INSTITUCIONAL (Una primera aproximación)

Hace unos días anunciábamos que nos meteríamos en este verengenal, vistas las aportaciones, desde perspectivas muy dispares, que se vienen vertido en las redes.

Antes diré que cuando hablamos de EVALUACIÓN nos estamos refiriendo a todos los componentes del proceso de enseñanza y aprendizaje, no sólo a los alumnos. No debería extrañarnos, pues, que se evaluaran también los centros, las instituciones que administran ese proceso.

Existen tres perspectivas o modelos explicativos que tratan de comprender las organizaciones. Cada uno de ellos ve la realidad institucional de una forma y, en consecuencia, las finalidades y posibilidades de evaluación institucional son diferentes:

  1. Perspectiva científico-racional: que busca el nivel de efiacia y/o eficiencia de los centros.
  2. Perspectiva Cultural: Esta perspectiva concibe el centro algo plural en sus  significaciones y componentes. Las instituciones mantienen una cultura que refleja su imagen corporativa, pero que potencia también los niveles de satisfacción y desarrollo personal.
  3. La perspectiva política: Para la perspectiva política la realidad es inestable porque existen diferentes grupos de intereses que tratan de imponer los mecanismos para conseguir la dominación dentro de la organización.

Estos presupuestos ponen de manifiesto que la definición del funcionamiento de la organización es consecuencia de procesos de análisis, discusión y negociación, por lo que los conflictos, por encima de ser considerados un elemento de ruptura de la organización, son un elemento cotidiano de la vida organizativa.

La evaluación institucional puede realizarse, por tanto, desde múltiples perspectivas y tener en cuenta o no las múltiples variables. Sin embargo, el que hablemos de orientaciones diferentes no debe llevarnos a considerarlas enfrentadas. Son distintos niveles de análisis que la evolución de la sociedad ha evidenciado.

El tema se centra en presentar los elementos relevantes de la vida interna de las instituciones y proporcionar elementos que puedan guiar la mejora de los centros

No podemos olvidar que el funcionamiento de una institución no es algo lineal. Las instituciones son realidades construidas a través de procesos de interacción social relacionados con el contexto y el ambiente en que funcionan. La consecuencia de esto es clara: la realidad institucional es resultante de fuerzas sociales y materiales profundas que legitiman relaciones, estructuras y condiciones organizativas.

Si queremos realizar evaluación institucional que tenga un carácter global y que, además, recoja las relaciones de la misma con factores contextuales más amplios, como pueden ser el medio social, la cultura, etc., se hace necesario acogerse a una perspectiva que sea respetuosa con todo ello.


Entendemos que la perspectiva más adecuada es la perspectiva sistémica. Según ella, las instituciones son un sistema en sí mismas, y subsistema entre otros de la red de instituciones a la que pertenecen, del sistema al que sirvan y del sistema socio-cultural-económico con el que se relacionan. 

Vistas las diferentes perspectivas referidas a la evaluación institucional, a continuación expondremos una serie de conclusiones útiles para poder realizarla de forma completa:

  1. Una institución está compuesta por diferentes niveles de análisis que se mueven de lo más explícito a lo más implícito: estructura de la institución, procesos organizativos y procesos sociales. La interrelación entre ellos es constante.
  2. Toda institución tiene una historia anterior que ha influido en el desarrollo de las funciones y finalidades que la institución tiene que cumplir a través de los elementos que distribuidos en cada uno de sus niveles la configuran.
  3. Los niveles presentes en una institución están integrados dentro de otras realidades, factores contextuales más amplios, como son el medio social, la cultura, y éstos también ejercen procesos sistemáticos de influencia sobre dicha institución que no pueden olvidarse, ya que determinan la realidad de la misma.
  4. Todos los elementos que hemos señalado en los puntos anteriores interaccionan para conformar la manera global de funcionamiento de la institución. Es lo que podríamos denominar como el estilo de la institución. Este estilo configura la identidad institucional que quedará reafirmada o rechazada en función de la percepción, por parte de sus miembros, de los resultados obtenidos por la organización.
Pero debe quedar claro que si queremos mejorar el sistema educativo, hemos de evaluar los centros que sirven de marco a los procesos de enseñanza y aprendizaje.

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